El proyecto en el que estoy trabajando, digitales, me lleva a recuerdos bastantes cercanos y que a la vez parecen muy lejanos. Me acuerdo que en el 97 me compré la Performance 6400, que me venía con un cdrom de AOL para conectarme un mes gratis a internet, entré en la web con Netscape, mi primera cuenta de mail fue de Hotmail y me la hice en un cyber, buscaba sitios nuevos en Altavista, pasaba horas adentro de una sala de chat. Al tiempo pasé al ICQ y después el MSN para mandarnos mensajes instantáneos con nuestros contactos; bajaba canciones de a una con un modem de 56 k con Napster, Kazaa, edonkey; seguí cantidad de blogs y tuve muchos (aún tengo); tuve una web en geocities, publiqué mis fotos en Picassa, que luego reemplacé por Pinterest; encontré amigos a los que había perdido y me hice de nuevos en Facebook, me hice de una cuenta de Twitter.
Uso todos los días redes sociales, me resulta imposible pensarme sin Twitter o Facebook. El mundo de los medios y las comunicaciones parecen girar alrededor de lo que millones de personas tuiteamos cada día. Muchos de los mensajes en 140 caracteres marcan la agenda política, el espectáculo y lo que ocurre en el ambiente deportivo antes, durante y después.
Pero sepan también que mientras usábamos todas esas herramientas y plataformas mencionadas arriba nos parecía imposible pensar en la idea de dejar de hacerlo. Lo mismo ocurrió con otras tecnologías, formatos y plataformas, como la videocasetera, el CD, el diskette, el teléfono de línea, el pendrive. ¿Todavía se usa el pendrive?
La web 2.0 tiene sus propias leyes y una, tal vez de las más importantes, es que se come a sí misma. Es una de las principales características evolutivas de la tecnología.
La frenética velocidad de desarrollo técnico que posibilita Internet, los millonarios negocios que se generan alrededor de cada nueva plataforma y nuestra inagotable sed de curiosidad como usuarios, que no dudamos en saltar en segundos a cada nueva plataforma de moda que aparece en la Web. Sobrevive el más apto, hasta que muere. Y así sucesivamente. Y lo más probable es que los ciclos de vida sean cada vez más cortos.
Hoy usamos Instagram, foursquare y jugamos al adictivo Candy Crush (antes Angry Birds, antes Farmville, antes…). Ahora la posta es filmar microvideos en Vine.
¿Qué vamos a usar mañana?
* el disparador e inspiración de esta nota fue una leída no hace mucho de Zanoni.
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